Consejos para lidiar con un niño exigente con la comida
Mientras le daba una rodaja de manzana pelada a su madre, Amelia, de dos años, exigió: “¡Córtala!”. Entonces, esta niña activa y fanática de las manzanas empezó a gritar: “¡Córtala! ¡Córtala!”. La mamá de Amelia notó que había quedado un pedazo de cáscara y se la quitó con una sonrisa.
“Me quedó un poco de cáscara”, dijo y le devolvió el trozo a Amelia, que lo comió encantada.
Amelia solía comer las manzanas con piel, pero últimamente examina la comida, se niega a comer estofado a menos que las papas y las zanahorias estén separadas y rechaza alimentos que antes le encantaban.

La personalidad del niño influye mucho en sus hábitos alimentarios. Un niño fácil de tratar puede ser menos exigente o armar menos alboroto, mientras que un niño cauto o de carácter más fuerte puede enfadarse si intentas hacer que coma.
Amelia es más exigente que su hermano a esta edad y tiene una postura más firme sobre qué come y cómo. Aunque a veces es frustrante, sus reacciones son normales en muchos niños pequeños.