
Survivor: edición para nuevas madres
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Si acabas de tener un hijo, puede que te sientas como en un episodio de “Survivor”. La vida con un bebé recién nacido puede ser bastante difícil. No puedes dormir, a menudo es imposible ducharse y a veces tienes ganas de llorar, sobre todo cuando te miras al espejo o intentas ponerte la ropa que usabas antes de tener el bebé. ¡Bienvenida a la maternidad! El manual de supervivencia para madres primerizas incluye 4 temas básicos: Horarios, sueño, estado de ánimo y alimentación. Repite después de mí: ¡Puedo HACERLO!
Horarios
- Lunes por la mañana: haz un menú y una lista de compras.
- Martes por la tarde: ve a hacer las compras.
- Una vez al día: sal a caminar.
Las primeras semanas, no pongas mucho en tu agenda diaria. A medida que te acostumbres a las rutinas de tu bebé y te sientas más descansada, podrás aumentar las cosas que puedes hacer en un día y añadir más detalles a tu lista de tareas. Solo recuerda que, a medida que tu bebé crezca y cambie, también lo hará su horario, y el tuyo.
SUEÑO

No dormir lo suficiente puede incluso perjudicar la pérdida de peso. El ejercicio puede ayudarte a relajarte y a dormir mejor, así que pon a tu bebé en el cochecito y da una vuelta a la manzana o dentro de la tienda más cercana.
ESTADO DE ÁNIMO
Estos son síntomas de la “tristeza después del parto”, que afecta a la mayoría de las mujeres las primeras semanas después del parto. Los primeros pasos para afrontarla son hablar con alguien y buscar ayuda en casa.
Pero si estos sentimientos continúan o se hacen más fuertes, es posible que padezcas depresión posparto, que le ocurre a proximadamente 1 de cada 10 mujeres que acaban de ser madres. Terminar las tareas sencillas de la casa puede parecer imposible, puede que no puedas dormir o comer, o que te sientas muy ansiosa. Puede llegar a ser tan grave que pienses en hacerte daño a ti misma o a tu bebé.
ALIMENTOS
- Tus amigos y familiares te preguntarán cómo pueden ayudar. Pídeles que cocinen para ti y dales ideas de qué preparar. Guarda la comida en recipientes congelables o en bolsas con cierre.
- Elabora un menú: este puede ser el consejo más importante y evitará que te encuentres frente al refrigerador a las 5:00 p. m. diciendo: “¿qué puedo hacer para cenar?”.
- Utiliza una olla de cocción lenta para hacer comidas que consten de un solo plato, como chili, estofados e incluso brisket. Come un poco ahora y congela el resto para más tarde.
- Prepara comidas o bocadillos licuados con yogur, fruta congelada y unas cucharadas de avena cruda. Añade espinacas o kale para darle un toque verde y aumentar los nutrientes.
Recuerda que los días pueden parecer largos, pero los años pasan rápido, ¡así que disfrútalos!